«Los tiempos están cambiando… afortunadamente. Lo importante es saber adaptarse a esos cambios» decía el apodado como «abuelo techno» de la familia, un emblema del perfil del innovador, obsesionado por aprender, observar y analizar para poder adaptarse a esos cambios y emprender con nuevas propuestas. Aunque la serendipia también es un factor muy importante de creatividad. Y eso es lo que ocurrió en 2015, de forma fortuita, durante un viaje a Saint-Tropez, uno más de los muchos que realizó su hijo Juan Arnau y su familia con la intención de aprender de colegas de profesión, convertidos en amigos con el paso del tiempo. Por casualidad, Arnau encontró en el hotel en el que se hospedaba el cómic Ramatuelle et Pampelonne. De l’histoire d’un village à la légende d’une plage ([Ramatuelle y Pampelonne. De la historia de un pueblo a la leyenda de una playa], 2014), publicado por Éditions du Signe, con guion de Jean-Marie Cuzin, dibujo de Renaud y color de Dieter, y su lectura propició un nuevo proyecto.
La obra le emocionó, no solo por descubrir que la bonita playa a la que acudían desde hacía años en realidad tenía una larga historia de más de dos mil años, un lugar expuesto a invasiones de bárbaros y de sarracenos, y que tuvo un papel destacado durante los años posteriores a la revolución francesa. También le emocionó la forma en que estaba narrado y, sobre todo, la forma en que estaba dibujado, con la posibilidad de ver en imágenes todo lo que había acontecido en una misma ubicación pero que había cambiado notablemente a lo largo de los años, y no solo la playa, sino también todas las personas que pasaron por allí a lo largo de dos milenios. ¿Y si pudiera narrar la historia de su familia de la misma manera, de forma gráfica con un cómic? Pero, antes, debería de escribir esa historia.
Juan Arnau, nacido en Fraga en 1956, se puso manos a la obra y escribió más de mil páginas con la historia de su familia, una aventura empresarial que se inicia en 1870, por lo que se planteó un hito temporal: poder producir un cómic que celebrara los ciento cincuenta años del legado familiar, con la intención de publicarlo en 2020. Un año en el que el mundo se paralizó por culpa de una pandemia, lo que le obligó a reinventarse y a centrar las energías en nuevos retos provocados por la situación. Pero, de nuevo, la creatividad se impuso ante el trabajo realizado de documentación, y surgió una nueva oportunidad: publicar una novela a partir del texto redactado, o al menos, de una parte de este. Y se publicó antes que el cómic.
La novela Bailar en el desierto (2023), publicada por el sello Grijalbo del Grupo Editorial Penguin Random House, escrita por Juan Arnau, narra la historia iniciada por Josepet Satorres a mitad del siglo XIX en Fraga, en la provincia de Huesca. Josepet decidió rebelarse contra su destino, que no era más que acabar trabajando en el campo como el resto de sus familiares y amigos, para crear su propio camino, que pasaba por hacer bailar a la gente, su gran pasión. Antes, el tatarabuelo del escritor se alistó tres veces para poder realizar el servicio militar en Madrid, en parte para conocer los espectáculos teatrales y los cafés de la capital. Ya le había llegado información de la inauguración de la sala Bataclan en París en 1864, un edificio con forma de pagoda china en la que en la planta baja había un café teatro y el primer piso era un salón de baile.
Josepet decidió que quería hacer algo similar en su ciudad natal, pero muy diferente al experimento que hizo años atrás cuando habilitó una cuadra para organizar un baile, debía de ser un proyecto similar a los que había visto en la gran ciudad o en las noticias que le llegaban desde el extranjero. E inauguró el Café Josepet en 1870 en Fraga, y al poco tiempo se convirtió en un Café Cabaret, con pequeños espectáculos de cantantes y bailarinas. Más adelante, a imagen del modelo francés, montó un casino en la segunda planta y el negocio boyante le permitió invertir en otras empresas, hasta su muerte en 1924. Su nieta continuó en el sector del entretenimiento con la gestión de un local al convertir el local de ocio en una sala de cine (con música en directo en la época del cine mudo), un teatro, un bar, una sala de baile y una terraza en el jardín. Una actividad empresarial que perduró en el tiempo hasta que otra familia, llegada desde Lleida, abrió el Salón Florida a pocos metros: los Arnau les estaban quitando los clientes.
Una historia de amor entre los jóvenes de ambas familias alteró la rivalidad para transformarla en una oportunidad. Esa pareja de enamorados eran los padres del autor de la novela, y un ejemplo que en las crónicas empresariales también son importantes las pequeñas historias de sus protagonistas, y, especialmente, el papel de las mujeres, muchas veces silenciadas e invisibles. La contribución de todas ellas ha sido fundamental en la historia de la saga familiar hasta la actualidad. También de su descendencia, que desde muy pequeños ayudaron en el negocio y se impregnaron de una forma de servir, de gestionar y de entretener.
En junio, dos años después de la publicación de la novela, llega a las librerías la novela gráfica Elrow Orígenes (1870-2025) (2025), publicado en castellano e inglés por Norma Editorial, con guion de Xavier Morató y dibujo de Josep Giró, basado en la historia de la familia Arnau, bajo la supervisión de Juan Arnau. La obra cuenta con un prólogo de Ricard Robles, fundador y director del festival Sónar, y una introducción del economista y gestor cultural Luis Lles. El resultado final tiene un envoltorio sensacional: la primera cubierta y contracubierta del artista santanderino Okuda San Miguel, un pintor, escultor y diseñador español que ya había colaborado con la familia y que en este caso emplea su característico estilo de figuras fragmentadas en formas geométricas salpicadas de una policromía exuberante, todo ello aplicado a una foto de grupo con todos los protagonistas de la novela gráfica, que son unos cuantos, emulando la intención simbólica del tríptico El jardín de las delicias (De tuin der lusten, 1505) del pintor El Bosco (1450-1516).
El primero en entrar en el proyecto es el debutante Josep Giró, un veterano ilustrador profesional en el mundo editorial y de la publicidad, que supo captar el tono propuesto en el encargo, y que ha realizado un trabajo de documentación prodigioso. Aunque faltaba la pieza clave en el proyecto: un guionista que pusiera orden y coherencia a la gran cantidad de información que aparecía en esas primeras mil hojas escritas. Y el escogido fue Xavier Morató, guionista de El Jueves, autor teatral y guionista de televisión, que ha conseguido escribir un texto que ayuda al lector a entender lo que va sucediendo y, lo que es más importante, a tener ganas de saber más. Y lo hace, en este caso, utilizando un recurso dickensiano, inspirándose en su célebre obra Cuento de Navidad (A Christmas Carol. In Prose. Being a Ghost Story of Christmas, 1843), con la aparición de un fantasma del pasado, del presente y del futuro, para acompañar a Juan Arnau, protagonista de la historia, a través de las vivencias de sus antepasados y, también por las de él mismo.
Los tres fantasmas son muy diferentes entre sí y con una gran fuerza simbólica. El primero, el fantasma del pasado, es el músico Xavier Cugat (1900-1990), que cuando era un artista triunfal en Estados Unidos fue convencido para actuar en Fraga, y así lo hizo en 1962 (tristemente, actuó el día después de la muerte del abuelo que le había convencido para venir a la sala a actuar). El fantasma del presente es el productor de música techno y disc jockey francés, Laurent Garnier, que, en este caso, representa en realidad al fantasmas de las fiestas presentes, que nos acompañará en la transformación que ha vivido el ocio nocturno en las últimas décadas. El fantasma del futuro acompañará al protagonista en los últimos años convulsos provocados por la evolución del sector y la necesidad perenne de reinventarse para adaptarse a las nuevas exigencias del público, una capacidad de innovación que en la novela gráfica queda personificada en la figura del «abuelo techno», padre de Juan Arnau, fallecido en 2012. Su carácter emprendedor se refleja en su continua ansia de aprender, de analizar y de producir nuevas propuestas de ocio, tanto en locales como en eventos, música y actividades que se adaptasen a los cambios que la propia sociedad va realizando, desde diferentes lugares del mundo.
La novela gráfica también ayuda al lector a entender cuáles son esos cambios importantes en el sector musical y en el ámbito de los festivales, y hay que decir que la obra cuenta con un texto explicativo y conciso del profesor de historia de la música y divulgador, Javier Blánquez, un epílogo con un título muy significativo: Una historia portátil de la música de baile. Los dos autores del cómic, Morató y Giró, también aparecen como protagonistas en un ingenioso ejercicio metaliterario, para completar un epílogo que añadiera el lustro que faltaba una vez acabada la historia original en 2020, y que, finalmente, se ha podido publicar cinco años después. Este gran impacto provocado por la pandemia también es un ejemplo del día a día de un empresario, solucionar los diferentes contratiempos que van sucediéndose de forma inesperada (en la novela gráfica vemos, entre otras situaciones, los efectos de una gran tormenta justo el día antes de un festival al aire libre, por ejemplo).
En realidad, la novela gráfica muestra todas las características asociadas a los emprendedores: la capacidad de detectar una necesidad en la sociedad, la visión de convertirla en una oportunidad de negocio, la búsqueda de financiación y de colaboradores, la gestión, la necesidad de reinventarse, y la manifestación de resiliencia ante las adversidades. Adelantarse a todos también tiene sus riesgos, y hacerlo en un lugar como Fraga, que no es ni capital de provincia, también lo fue durante muchas décadas. Esta historia familiar también es importante para destacar la importancia de los valores en las decisiones empresariales, a veces, el dinero no lo es todo. Si quieren conocer la génesis de la actual empresa Elrow, promotora de eventos de música electrónica a nivel internacional, la novela gráfica funciona perfectamente, también para entender la importancia que la empresa le da al diseño de producción y a los elementos artísticos y festivos con efecto immersivo. Una lectura imprescindible para conocer cómo ha evolucionado el sector del entretenimiento en diversos aspectos a lo largo del último siglo y medio.