Juan Arnau Jr pertenece a Elrow, una estirpe dedicada al entretenimiento de los españoles a través de bares musicales, fiestas y festivales. El primer antepasado familiar en salir del campo de su Fraga natal e involucrarse en el mundo del espectáculo fue su bisabuelo, José Satorres, que convirtió un café en un club social.
Más tarde, fue su padre, Juan Arnau Sr, quien hace casi 30 años creó el festival de Monegros deserts festival y seguidamente, sus hijos Juan Arnau Jr y su hermana Cruz Arnau, crearon elrow hace ahora 12 años.
El Juan Arnau que hemos conocido es simpatiquísimo y muy inquieto. Ha tenido una formación de nivel en ADE y un postgrado internacional en Marketing. Pero, no nos engañemos, la formación la tiene en la misma historia de su familia. Nadie puede conocer mejor el mundo de los festivales que él, que lo vive desde la cuna.
En Elrow todo es diferente a nivel corporativo y, si no os lo creéis, mirad la presentación de empresa que tienen en Youtube: Elrow Family Documentary.
Después de entender su espíritu te das cuenta de que Elrow no vende fiesta, Elrow ES la fiesta.
Nunca os esperaríais un festival de música en esta revista. Atención: este festival ganó un premio de sostenibilidad el año pasado. Mirad lo que nos cuenta…
Somos referencia en lo que hacemos, por tanto, tenemos que liderar en sostenibilidad para que los demás nos imiten
¿Del 1 al 10 cómo de sostenible te consideras?
Risas. (Tarda en contestar). Soy menos sostenible que las generaciones que nos siguen. Creo que estoy en un punto medio. Nuestros padres no eran nada sostenibles, no tenían esa conciencia ni necesidad, nosotros lo hemos empezado a ser tarde, pero las generaciones que siguen a Elrow lo son mucho más. Nuestros hijos, a los que nosotros estamos concienciando, lo serán mucho más. A nivel personal me pondría un 5 o un 6. Reciclamos, evidentemente. También voy andando a la oficina. Pero, por ejemplo, a la hora de viajar no lo miro tanto: no priorizo el tren frente al avión.
Sí que considero que tengo una posición muy importante porque todo lo que transmitamos a las generaciones nuevas se va a quedar. Somos referencia en lo que hacemos, por tanto, tenemos que liderar en sostenibilidad para que los demás nos imiten. Al ser un referente tenemos más presión para hacer las cosas bien.
¿En qué aspecto social / ambiental te has involucrado más y qué crees que te ha llevado a ello?
Yo estudié Administración y Dirección de Empresas en Barcelona y luego hice un postgrado en San Francisco. Luego me fui un año a Sudáfrica a aprender inglés. Ahí conocí a un grupo que, en Ciudad del Cabo, actuaba como Cáritas, organizando comidas para más de 250 personas cada miércoles. Allí los indigentes eran gente pobrísima. Estuve un año y, además de colaborar en el comedor, pedíamos dinero y productos a las marcas. Ellos lo siguen haciendo ahora y han aumentado muchísimo los asistentes en los últimos años con el Covid y demás.
Otro programa que empecé a nivel personal y luego trasladé a la empresa fue ayudar a la ONG Bridges for Music creada por un buen amigo, Valentino Barrioseta, en donde DJ internacionales van a dar clase para intentar que los chavales allí puedan formarse en el mundo de la música. Sigo colaborando con ellos, pero a través de aportaciones económicas.
¿Cuál es el hito más importante de tu empresa en temas de sostenibilidad?
Hay un cambio de mentalidad en la dirección, incluso en la familia, en el momento en el que nos hacemos globales. De hecho, algún susto nos hemos llevado en otros países por no tener en cuenta algunas sensibilidades. Nada grave, pero que realmente te hace pensar que, si te haces global, tienes que mentalizar a todo el equipo en muchos aspectos ya sean sociales o medioambientales. Entre ellos, por ejemplo, los hinchables, -que no pueden ser de un solo uso y por eso les alargamos la vida-, o el confeti. Nosotros usamos un confeti que a los seis meses se desintegra.
¿En qué ha cambiado hoy en día vuestra manera de entender la sostenibilidad?
Si te soy sincero, la generación de mi padre no tenía esta conciencia medioambiental y social. Nosotros sí. Yo personalmente me siento responsable de la herencia que dejo a las generaciones futuras.
En 2019 iniciamos un plan de acción muy dirigido a la sostenibilidad, con meta en cinco años. Escrito y presentado para que fuera real. Cuando miras hacia atrás ves una evolución tremenda tanto en la marca como en el equipo.
Nos hemos mentalizado en que somos una empresa sostenible. De hecho, nos dieron un premio en Holanda el año pasado. Fuimos el segundo festival más sostenible de Europa.
Una de las partes menos sostenibles era la huella de carbono de asistir al festival en coches y en avión, pero ahora estamos intentando equilibrarla. Por ejemplo: priorizamos el transporte público, hemos creado un servicio de autobuses lanzadera para llegar a nuestros festivales y animamos a nuestros fans en redes a compartir coche.
Aparte de esto, en colaboración con Tree-Nation hemos creado #elrowForest, nuestro propio bosque en Tailandia donde nos hemos comprometido a plantar 50.000 árboles que ayudarán a compensar las emisiones de C02. Llevamos 30 mil árboles plantados.
También, intrínseco en la marca, está el tema LGTBi… en nuestras fiestas todo el mundo es bienvenido. Puedes encontrar el punto lila, que ahora está tan de moda, para denunciar agresiones sexuales, el control del consumo de drogas, etc.
En producción ya han incorporado todos estos elementos a la hora de empezar a trabajar en un festival.
¿Cuál es vuestro próximo reto?
Tenemos diferentes productos. Los que se hacen una vez al año son más fáciles de controlar, porque intervenimos en la producción y, a través de nuestros socios holandeses, podemos planificar el desarrollo sostenible de los eventos. Podemos mejorar y lo hacemos cada año un poco más: productos km. 0, vegetarianos, etc. En Monegros este año habrá un 30% de foodtrucks sostenibles. El año que viene será un 40% y esperamos llegar al 90% en poco tiempo.
El objetivo es transmitirlo a las residencias y a los club-shows que hacemos por el mundo. Ahí es más complicado porque solo manejamos el espectáculo, no la producción, pero aun así buscamos reciclar todos los materiales y tener generadores de energía sostenible, entre otras cosas.
Somos de los festivales que más reutiliza sus escenarios, tenemos en proyecto un confenti que desaparecerá a la semana, el vestuario se arregla o se rediseña para que se pueda volver a utilizar. Los sobrantes y piezas inútiles son troceados en una trituradora especial que nos permite fabricar cojines o sofás para los chill out de los festivales.
Animamos a los asistentes a que reciclen y nos dejen los juguetes en los contenedores que les indicamos, para poder darles nuevos usos o, como decía antes, utilizar sus componentes.
Nos ayuda que China, que es un importante fabricante de hinchables, ya está cambiando también su mentalidad y dando una vuelta a los productos que venden para que sean más sostenibles.
¿Qué tareas tenéis pendientes?
Nuestro plan actual es para cinco años. Ahí incluimos todo lo que te he contado de hinchables, confeti, decorados, etc.
Yo lo que quiero es que mis festivales sean como el Boom Festival. Es el más importante del mundo de música trance. Ellos han comprado unas tierras, Boom Land y tienen una familia de 50 personas que viven allí y han fundado el festival más sostenible que hay en el mundo. Es increíble: han creado sus propios lavabos, reutilizan el agua y, para ello, han creado una planta gigante, han hecho una zona de filtrado de residuos, etc. Cuando conoces a la gente que está detrás todavía te enamoras más del proyecto. En esta empresa, cuando digo a dónde tienen que mirar es allí, a Boom.
¿Qué plazos os dais para desarrollarlos?
En un máximo de 8 años yo quiero que Elrow sea completamente sostenible. Pero esto tiene que ir acompañado de innovación tecnológica. Cada año vamos a ir haciendo mejoras e integrando las innovaciones que las industrias que nos rodean vayan generando.
¿Cómo motivamos al consumidor para que os elija por ser sostenibles?
Nosotros vendemos fiesta. Los mensajes sostenibles tienen que llegar cuando comuniquemos lo que somos. Tenemos que decirles que tenemos un bosque un Tailandia, pero no podemos machacarrlos con eso. Tenemos una ventaja respecto a otras marcas. Nuestro cliente medio tiene 23-24 años y es muchísimo más sostenible que los mayores y está mucho más mentalizado. Y es que en 15 años no estaremos hablando de si das o no un vaso de cartón en un festival.
En plan Orwelliano, en 2084, ¿cómo te imaginas Elrow?
Me imagino la marca y todo el mundo de los festivales evolucionando hacia festivales completamente creativos e inmersivos. En la época de mi padre el gancho era el DJ que eligieras.
Yo creo que en el futuro tendremos una vida tan ajetreada que el hecho de ir a una fiesta o a un festival de los nuestros va a servir para desconectar y para formar parte activamente de una experiencia. El futuro está en que puedas formar parte del espectáculo.