Solo hay un nombre al que el enigmático Banksy destaca como mentor, guía e ídolo, ese es Ron English (Illinois, 63). Calificado como el padre del street art, el polifacético artista, creador del movimiento POPaganda, vive un año prolífico. Así lo acredita: el estreno del documental Living in Delusionville; su colaboración con elrow, organizadora de eventos especializada en experiencias inmersivas que combinan el arte con música electrónica; la promoción de su ópera rock, The Rabbits (que incluye libro); y la creación de una colección de NFTs (Non Fungible Token o tokens no fungibles) para el metaverso, bajo el nombre Light Cult Crypto Club. Proyecto que aspira a convertirse en comunidad artística. Hablamos con English unas horas previas a que la sala Amnesia, de Ibiza, se convirtiera en Delusionville, un formato 3D a ritmo de Fatboy Slim del universo creado por el americano. La fiesta es la más importante de la isla que marca el fin del verano y que ha creado la franquicia española, especializada en fiestas y festivales, que lidera Europa y dirigen Juan y Cruz Arnau (creadores y artífices de elrow).
“Todo comenzó en Los Ángeles, a finales de los 70, cuando era joven y fui a ver un concierto de Pink Floyd. En su espectáculo llevaban todos esos títeres gigantes. Fue increíble. La experiencia me llenó de una forma total. Al principio me deprimí un poco, porque no veía que fuera capaz de hacer algo semejante. Pero resultó que sí. Es curioso, pero ese espectáculo es el porqué de toda la acumulación de cosas que he hecho durante los últimos 40 años”. Previo a ese bolo, en su adolescencia se dedicó a grabar vídeos gamberros al más puro estilo Jackass. Hasta que su familia le animó a ir a la universidad para explorar otras formas artísticas en las que no se rompiera la cabeza. En The University of Texas (Austin) se especializó en Bellas artes y comenzó a experimentar con diferentes disciplinas “Aprendí muchas cosas siendo fotógrafo: iluminación de escenarios, de conciertos y esas cosas. Cuando me convertí en pintor quise agregar todos esos conocimientos sobre la luz a mi pintura, añadiéndole la teatralidad y la cinematografía de lo que estaba haciendo antes”.
Ron EnglishRON ENGLISH
En los años 80 y 90 su nombre comenzó a destacarse por encima de otros artistas de la época. Su arma: los carteles publicitarios. “La misión era devolverle a la gente la libertad de expresión que había sido monopolizada por la publicidad y manipulada por las grandes corporaciones. Usé las mismas técnicas para contar otra historia, porque creo que la humanidad es más profunda y rica que simplemente un sujeto al que vender cosas”. También utilizó los mismos emplazamientos, algo completamente ilegal. Sus acciones contraculturales le valieron más de una entrada en la cárcel. Así como, denuncias de todas aquellas marcas que parodiaba en sus carteles, con los que protestaba y creaba conciencia contra el voraz capitalismo que campaba a sus anchas en esas décadas. Los Kiss, Camel, Marlboro, Coca-Cola, McDonalds o Apple fueron solo algunas de las empresas con las que tuvo que enfrentarse legalmente. “En Estados Unidos hay personas que viven de demandar a otras. Es una sociedad muy litigante, así que es necesario tener un buen abogado”. Y “un buen un equipo”, añade el también escultor, que compara a su entorno cercano con una formación de béisbol en el que cada uno sabe qué tiene que hacer “y lo hace muy bien”.
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Rey del color, que usa con furor y precisión maestral, nos define su estética como una mezcla entre Jackson Pollock (quien le fascina) y el hiperrealismo. “Me gusta la pintura abstracta llamativa, pero también el realismo fotográfico. Hacer funcionar todos estos elementos juntos y crear algo único para que sea algo concreto, ha sido siempre lo que he perseguido”.
“La gente siempre pregunta de qué se trata o cuál es la filosofía subyacente de mi arte. Y creo que a pesar de que toco temas realmente difíciles, el significado es de optimismo y felicidad”, e incide en que faltan más noticias buenas que malas en los medios. “Existe una distorsión de la realidad social. La gente suele ser buena, si tienes algún problema lo más probable es que aparezca alguien que te eche una mano”. A él siempre le ha pasado.
English está entusiasmado con el trabajo que ha hecho el equipo de elrow. La puesta en escena de Delusionville, concepto artístico que recoge sus trabajos de los últimos 30 años, es espectacular. La sensación es la de vivir en una de las ilustraciones del americano junto a sus personajes más representativos. “Todo es amorfo, como ocurre en los sueños. Y también, si lo piensas, lo es en la vida real. Trato de captar la realidad, pero con la fluidez de un sueño”. Sabe que sus criaturas han necesitado de tiempo para ganarse al público, lo diferente siempre cuesta. “Cuando Jimmy Hendrix comenzó a tocar, a la gente le parecía verdaderamente ofensivo. Había que acostumbrarse a que su arte era hermoso”.
En menos de 24 horas, los más de 100 miembros de elrow (pintores, escultores, montadores, transportistas) han transformado la emblemática sala ibicenca, Amnesia, en el universo de English. Para este creativo, al que nunca le convencieron las exposiciones en las galerías “por elitistas y de alcance minoritario”, romper en la escena nocturna, ante miles de personas al ritmo de Fatboy Slim es “algo con lo que soñaba cuando era niño”. La misma sensación tiene con el metaverso y sus miles de posibilidades creativas. Ya ha iniciado su inmersión en él con una colección de NFTs, pero como es su costumbre, no ha podido pararse ahí. “Pensamos que debería ser como una especie de pase permanente entre bastidores a nuestro mundo, en el que formemos una comunidad artística que se vuelva más y más grande. Algo así como sucedió con la banda Grateful Dead y sus seguidores. Crear un espacio seguro donde hablar de lo que quieras con libertad, sabiendo que todos son personas supergeniales”. Entrañable, rodeado de modelos y esculturas de su fascinante e inquietante fauna, se despide agradecido de la atención que le hemos dedicado. Ron English es tan grande como humilde. Él asegura encontrarse “en la recta final” de su carrera, pero su agenda dice todo lo contrario.
'Delusionville', fiesta elrow, Ibiza.TONI VILLEN