El retorno de Monegros Desert Festival conmemoró este sábado y domingo sus 30 ediciones con una tanda de 22 horas ininterrumpidas de música. Un total de 50.000 asistentes procedentes de más de 90 países dieron su respaldo a esta edición, que supuso un impacto de 30 millones de euros en la zona y combatió el calor imperante con éxito gracias a 75 puntos de agua potable; también venció a la desidia con una gran variedad de estilos dentro de la música electrónica, el hip hop, el reggae y las mixturas entre todos estos campos.
El cierre fue netamente aragonés. El oscense Andrés Campo era el encargado de echar el telón con su set en el escenario principal, pero una publicación en redes el sábado por la tarde levantó la liebre de una posible aparición de su amigo Kase.O, con quien ya ha trabajado en el terreno de las remezclas. Y así fue: el MC de Violadores del Verso salió al escenario y acompañó a su amigo en dos temas suyos remezclados por Campo: ‘Ringui Dingui’ y ‘Mitad y Mitad’.
La familia Arnau, fundadora y directora del festival, ha mostrado esta mañana de domingo su felicidad por el desarrollo de esta edición. “No podemos estar más satisfechos con el resultado de la celebración de nuestro 30 cumpleaños. Un año más, Monegros Desert Festival ha conseguido reunir a un sinfín de amantes de la música y reflejar el verdadero espíritu del concepto RAVE; toda una experiencia radical audiovisual y extrema capaz de convocar a 50.000 personas en una sola noche”.
De la presente edición quedarán en la retina algunos de los escenarios, como el imponente Soundsystem Temple, diseñado con materiales reutilizados, o la alegre y festiva psicodelia ofrecida en Elrow, a lo que se suma un ‘stage’ en forma de catedral para feligreses del techno, una distopía industrial, o bailar en el concurrido Airbus 330 llamado The Jet, sin olvidar el Open Air, El Pajar y El Corral, que honran las raíces de este encuentro. Wu-Tang Clan, con la banda al completo, cerraron su participación con la versión del mítico tema ‘The Champ’, de The Kid Daytona.
El portentoso directo de Pendulum y un renovado Open Air comandado por Adam Beyer y su sello Drumcode, protagonizaron dos momentos inolvidables, a lo que sumar el atardecer al ritmo del contagioso house de Folamour en el escenario de Elrow. Para los más cañeros, quedará en la memoria una noche de ritmos frenéticos con sorprendentes b2b como la unión de Trym con Shlomo y la mañana con cierres de la mano de Ilario Alicante, Héctor Oaks y Nico Moreno. Mención especial merecen dos españoles de amplio calado internacional: Óscar Mulero, con una poderosa e intensa sesión en la Techno Cathedral, y Paco Osuna, con doble sesión en momentos muy diferentes de la jornada.